El informe del PNUD señala que el gasto en ayuda social mitigó la pobreza generada por la pandemia, pero la brecha entre los países ricos y los pobres aumentó

Los países ricos gastaron hasta 212 veces más por persona que las naciones pobres en ayudas sociales para mitigar los efectos económicos sin precedentes de la pandemia

1 de Julio de 2021

Para los países de ingresos medio-bajos, el gasto en asistencia social fue insuficiente para evitar un aumento en el número de personas pobres, y los países de ingresos bajos no pudieron evitar la pérdida de ingresos en absoluto.

PNUD PAPP / Ahed Izhiman

Nueva York - Un nuevo informe divulgado hoy por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) muestra que las políticas de asistencia en efectivo redujeron sustancialmente el número de personas que de otra forma habrían caído en la pobreza durante la pandemia de la COVID-19.

'Mitigación de la pobreza’. El informe incluye nuevos datos de cómo el gasto en ayudas sociales impidió que las personas quedaran en la pobreza.

En los 41 países para los cuales hay datos, las medidas de ayuda social ayudaron a escapar de la pobreza a un 80 % de las personas —12 millones de un total de 15 millones— que podrían haber quedado por debajo del umbral de pobreza de USD 1,90.

Cuando los beneficios de las políticas de asistencia social se miden según umbrales de pobreza más altos en los mismos 41 países —por ejemplo, las personas que viven con USD 5,50 por día o menos en esas naciones —, desde marzo de 2020 se evitó que 31 millones de un total de 42 millones de personas cayeran en la pobreza.

Si bien los beneficios generales de las estrategias de mitigación fueron sólidos, el estudio también revela que estos efectos se limitaron en gran medida a los países de ingresos altos e ingresos medianos altos, que pudieron destinar más dinero a las medidas de protección social.

En el caso de los países de ingresos medianos, el gasto en ayuda social no alcanzó para impedir que el número de pobres aumentara, y en los países de ingresos bajos, fue imposible impedir la pérdida de ingresos.

“A raíz de la pandemia de la COVID-19, se puso en marcha un número sin precedentes de medidas de protección social nuevas y a menudo innovadoras. Dichas medidas incluyeron un aumento del gasto en la asistencia social, que desempeñó una función clave en impedir que la gente cayera en la pobreza. Con todo, el acceso a esas ayudas depende del país donde se viva, como demuestra el hecho de que los países más acaudalados gastaron hasta 212 veces más por persona en protección social durante la pandemia que sus vecinos más pobres”, señala el Administrador del PNUD, Achim Steiner. “Ahora el desafío radica en ampliar el espacio fiscal para que todos los países puedan aplicar y sostener medidas de gasto en ayudas sociales, que han demostrado ser una herramienta sumamente rentable y eficaz de evitar que las personas caigan en la pobreza”.

Los datos disponibles revelan diferencias abismales entre los países ricos y los pobres en lo referido a los fondos movilizados para preservar los ingresos y mitigar la pobreza. A nivel mundial, se invirtieron USD 2,9 billones en políticas de protección social, pero apenas USD 379 000 millones se destinaron a los países en desarrollo.

Mientras que los países de ingresos altos han destinado una media de USD 847 per capita a las políticas de protección social (asistencia social y seguros), los países de ingresos bajos e ingresos medianos han gastado apenas un promedio de USD 124 por persona. Si se consideran solo los países de ingresos bajos, la suma promedio per cápita destinada a la protección social alcanza a solo USD 4.

Basándose en los cálculos actuales del número de personas que cayó en la pobreza durante la pandemia —que se estima entre 117 millones y 168 millones—, los autores dieron un paso más para entender cuál fue la incidencia real del gasto en asistencia social sobre esas cifras.

El estudio también señala que haber destinado un ingreso temporal básico a todos los hogares pobres y vulnerables del mundo en desarrollo podría haber reducido el número de personas que cayeron en la pobreza extrema a nivel mundial.

Las proyecciones del informe muestran que eso habría sido posible destinando apenas un 0,5 % del PIB de los países en desarrollo a medidas de apoyo a los ingresos durante seis meses.

“En el informe se incluyen algunas reflexiones sobre cómo la pandemia afectó a los hogares pobres y vulnerables en los países en desarrollo, pero también sobre la importancia de las opciones de política para mitigar los aumentos en la pobreza. Algunos de los países más pobres lograron suavizar el aumento de la pobreza, lo que demuestra que aun en contextos de graves limitaciones e incertidumbre, hay espacio para actuar”, dijo George Gray Molina, Economista Jefe del PNUD. “Con todo, la conclusión es que los países de ingresos bajos fueron incapaces de poner en marcha programas sólidos de asistencia social, lo que implica que no todos los países lograrán recuperarse de la pandemia al mismo ritmo”.