Navegar por la incertidumbre

12 de Octubre de 2022
Stormy skies Bolivia

Según el último Informe de Evaluación Global sobre la Reducción del Riesgo de Desastres, se prevé que los peligros aumenten un 40 % solo en esta década.

Foto: PNUD Bolivia

En un mundo asediado por el aumento de los conflictos violentos, los efectos de la crisis climática, la creciente desconfianza en las instituciones y la mayor caída de desarrollo humano en décadas, nos encontramos frente a una “tormenta perfecta” de amenazas cambiantes y respuestas obsoletas. 

Encontrar la mejor manera de navegar esta tormenta, a veces incluso de manera literal, deja a muchas personas con una sensación de incertidumbre y temor sobre sus propias vidas y su futuro. A medida que se intensifican los recurrentes peligros naturales, se hacen más tangibles los niveles de ansiedad entre las comunidades que viven en entornos climáticos frágiles. 

Según el último Informe de Evaluación Global sobre la Reducción del Riesgo de Desastres (en inglés), se prevé que los peligros naturales aumenten un 40 % solo en esta década. Esto pone a las personas en mayor riesgo de sufrir muchos tipos de crisis. Responder a ellas de forma individual no será suficiente. Para salvar vidas, medios de subsistencia y cualquier esperanza de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) debemos intensificar nuestros esfuerzos de desarrollo, anticipando las necesidades de las personas más vulnerables, independientemente del tipo de desastre. 

Si bien no podemos evitar por completo que ocurran los desastres, podemos ayudar a las personas, las comunidades y los países a estar mejor preparados. Así que, en este Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, nuestro mensaje se centra en las herramientas y acciones preventivas que están revolucionando la alerta y la acción temprana: apoyando a las comunidades e instituciones para que desarrollen capacidades y establezcan sistemas que brindan alarmas, lo que permite a las personas anticipar y medir los niveles de riesgos y actuar a tiempo. 

Esto significa hacer que las nuevas tecnologías, y la capacidad de implementarlas, estén disponibles para todos los actores estatales y no estatales que necesitan ser parte de este esfuerzo. Si bien este día es un momento para hacer un balance del progreso realizado y abogar por la acción para los desafíos futuros, también debería recordarnos la capacidad colectiva sin precedentes que tenemos, y debemos implementar, para definir un camino más rápido y ágil. 

Hoy, el PNUD ofrece nuevas herramientas y recursos para permitir tales opciones. A través de enfoques interconectados que se centran en la previsión y la anticipación en la planificación y las acciones de prevención, respuesta y recuperación, estamos haciendo más para ayudar a los países y las comunidades a entender los riesgos a los que se enfrentan, a gestionarlos mejor y a reducir sus efectos. 

La alerta temprana inclusiva y la acción temprana son esenciales para proteger los logros del desarrollo que tanto esfuerzo han costado, reducir el riesgo de los desastres recurrentes (y los consecuentes efectos constantes en la humanidad) y construir resiliencia para que las comunidades puedan levantarse por su propio pie más rápido. 

 

Coral conservation UNDP Niue

En 2023, el PNUD ampliará sus esfuerzos con el lanzamiento del Risk Anticipation Hub para obtener una visión más completa de los riesgos, incertidumbres y amenazas de desarrollo.

Foto: PNUD Niue

Podemos ver este tipo de programación inteligente de desarrollo en toda la región del Pacífico. 
 
En la República de Vanuatu, el PNUD trabaja con el Gobierno y la sociedad civil para aprovechar la previsión y anticipar los desafíos asociados con los desastres, el cambio climático y las pandemias. Se basa en una práctica de hace 400 años llamada “nasara”, un sistema de gobernanza en donde las aldeas se reunían para explorar estrategias colectivas que lidiaran con los futuros riesgos y desafíos. “Nasara” es, al fin y al cabo, una forma antigua de planificación anticipada. 

El Ministerio del Interior de Vanuatu, con el apoyo del PNUD, integró esta planificación prospectiva en sus planes de desarrollo más recientes, aplicando nuevas herramientas y análisis para ayudar a navegar los riesgos futuros con previsión y acción. 

El PNUD, que trabaja en la región de Asia y el Pacífico, está implementando una iniciativa regional de exploración para identificar y analizar las tendencias, los riesgos y las incertidumbres del desarrollo. Basado en un proceso de inteligencia colectiva, el escaneo proporciona un análisis de riesgo más completo, a través del cual se puede profundizar en parámetros locales o agregar más información que antes respecto a los diferentes grupos de países subregionales. La iniciativa identifica la interconexión entre los factores sociales, tecnológicos, económicos, ambientales y políticos para diseñar políticas adaptadas al futuro y caminos para el desarrollo más inteligentes basados en las diversas condiciones locales. Se pueden ver ejemplos recientes de este trabajo en Camboya y Bhután, donde los Gobiernos han comenzado a utilizar dicha información para formular planes nacionales de desarrollo.  

En 2023, el PNUD ampliará sus esfuerzos con el lanzamiento de la plataforma Risk Anticipation Hub para obtener una visión más completa de los riesgos, incertidumbres y amenazas de desarrollo relacionados con las crisis para los países del mundo que se enfrentan a los mayores riesgos. 

El Hub y la planificación basada en el riesgo llegan en un momento vital en el que la naturaleza de los peligros ha cambiado. Los riesgos de hoy están interconectados y son multidimensionales. Por eso, un desastre ya no puede abordarse de forma aislada. Cualquier evaluación futura sobre riesgos debe incluir una comprensión de estas interdependencias y vulnerabilidades. 

El PNUD cree firmemente que un sistema de alerta temprana inclusivo, junto con una comprensión integral de los riesgos, permite a las comunidades anticiparse, actuar antes y reducir el impacto devastador de los desastres. A largo plazo, todo ello crea esperanza, ya que los países y las comunidades se sienten más fuertes y serenos para hacer frente a las crisis y recuperarse de ellas y, a su vez, reduce la carga individual y social de los crecientes niveles de ansiedad de hoy en día.